He respetado la versión francesa propia de comienzos del siglo XV. En cuanto a mi traducción, sigo casi literalmente el texto original, guiándome por diccionarios del «ancien français». Podemos apreciar el tono galante que impregna el juego: es un caballero el yo ficcional (lírico) que ha creado el cuarteto dirigido a la dama elegida. Cumple así esta especie de prenda -que seguramente tendrá su premio. El primer verso utiliza el verbo «vender», que integra el nombre mismo del juego, para desvalorizar irónicamente las intervenciones de otros galanes, pues él no vende: él da. Y los otros versos desarrollan esa rotunda diferencia: no da objetos , da su propia persona, en totalidad, comenzando por el sentimiento, la interioridad, pero sin excluir la corporalidad, que alude al goce anticipado. Y por si esto fuera poco, su don abarca todo el «tener», sometido a la graciosa voluntad de la destinataria. El «vos» de la dama encabezará el último verso identificado por su gran hermosura, rasgo adecuado al tú lírico, tono y género poético-situacional. Frente a ese » todo tener», cierra el » todo ser»: la vida entera del caballero, su significación, ofrendada en los tres tiempos verbales que completan el poema. ¡ Cuánta gracia y hondura, con tal economía retórica! Berta Kleingut de Abner
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